martes, 13 de octubre de 2015

Anecúmene...lo contrario a ecúmene, el lugar o espacio que no habitamos de forma física. Curioso porque solemos habitar espacios intangibles, según nuestros antepasados mayas, estamos compuestos de materia proveniente del ecúmene (materia degenerativa) y del anecúmene (materia etérea). Es más, actualmente en el "modus vivendi" de occidente los espacios digitales, o virtuales, se han convertido en un eje de convivencia, trabajo y esparcimiento. ¿Serán facebook, twitter, google, whatssapp, chats, etc anécumenes? Son espacios no tangibles donde se publican ideas, pensamientos, sentimientos; espacios donde convivimos y mantenemos relaciones de manera intangible; espacios donde se labora una jornada completa. Hagamos conciencia del tiempo que dedicamos a cada uno de los espacios digitales, realmente podríamos definir dichos espacios como ecúnemes, sin embargo volvamos a la premisa del termino NO LOS PODEMOS HABITAR DE FORMA FÍSICA. 
Entonces, volviendo a la reflexión de la forma de vida actual de occidente, habitamos un lugar ecúneme donde comúnmente al evitar trabajos que requieren esfuerzo físico o de directa convivencia con el espacio, nos adentramos en habitar espacios anecúmenes que esencialmente deberían alimentar nuestro espíritu, nuestra alma y nuestros sueños. 
¿Realmente los espacios intangibles que hemos empezado habitar nos están alimentando? ¿Realmente estamos construyendo un legado como generación? 
¿Estamos destruyendo el ecúneme por vivir en el anecúmene? 
Hagamos juntos una reflexión de los espacios que habitamos, encontremos el mejor legado que debemos dejar bajo la premisa: estamos hechos de materia ecúneme y anecúmene, por lo que nuestro espíritu y alma deben siempre ser reflejados en nuestro espacio vital, nuestro...ecúmene


Mi primer viaje a Erg Chebbi, un lugar anecúmene dónde el cielo alimentó mi espíritu.